martes, 21 de mayo de 2013


TESTIMONIO ANTONIO PAMPLIEGA

Contamos con el testimonio en primera persona de un periodista freelance que lleva más de 5 años  enseñándonos las historias de todos aquellos que no son escuchados y  sufren en conflictos bélicos  de zonas como Siria, Cuba, Líbano o Haití, no podía ser otro que Antonio Pampliega. 
Comienza su andadura en el mundo del periodismo porque su sueño era trabajar en el diario As. Sin embargo, no tarda mucho en darse cuenta que lo suyo no es estar sentado delante de un ordenador en una redacción. Para Antonio el periodismo es ante todo honestidad y el periodista es el ojo de los que no pueden ver y la voz de los que no pueden hablar. Así que con pocos más recursos que sus ganas y entusiasmo comienza a recorrer los lugares más peligrosos del planeta. Por sus botas han pasado Afganistán, Iraq, Haití, Pakistán, Líbano, Cuba y ahora Siria, de la que, con la mirada un tanto perdida reconoce que es lo más parecido al infierno.

Con una mezcla de dolor, rabia y nostalgia recuerda a su amigo Jim, secuestrado hace más de cien días en los alrededores de la frontera siria. Y es que los periodistas no son ni mucho menos inmunes ni en ésta ni otras guerras. Para enfrentar este miedo, junto a su cámara y libreta le acompaña siempre la idea de que ese es el día en el que puede morir. Habla de que todos los que cubren conflictos deben asumir que van a morir, y una vez asumido por el periodista se decide entrar o entrar. El miedo es bueno, es necesario, es lo que te hace tener la cabeza fría, replantearte las cosas y en situaciones de peligro estar calmado. El miedo en una guerra no es de cobardes.
Humanizar las cifras es su máxima. Ha dejado constancia de que para él, no son miles de afganos ni son setenta mil muertos en la guerra de Siria; son personas con una vida y un nombre; sin embargo esto contrasta con lo que vemos día  a día en los titulares de la prensa. Para los medios no interesa un periodismo de rostro, un periodismo de nombre y apellido porque para ello se necesita de un periodista que esté en primera línea lo que incrementaría los gastos. Les resulta más sencillo hablar de miles de muertos que de la historia de cómo Hassan perdió a toda su familia. 
Enseñarnos sus historias ha sido su único cometido durante estos 5 años como freelance. Pero el camino ha sido muy escabroso. Jugarte la vida casi a diario y cargar con un préstamo de 10.000 euros para hacer tu trabajo comienza a hacerte replantear si realmente merece la pena lo que estás haciendo. Sobre todo cuando ese esfuerzo, valor y trabajo no se ve reconocido en los medios de tu país. 
A Antonio Pampliega muchos lo conocen  por su crítica alta y clara a los medios nacionales, y es ha obtenido como respuesta de medios españoles, que no compran conflictos de Siria porque eso no da audiencia. Y aunque ha colaborado con laSexta, Público o Telemadrid, su éxito ha venido de la mano de medios internacionales.
 La frustración que antes le provocaban respuestas como “no da audiencia” o “te lo publicamos gratis para que obtengas reconocimiento”, es ahora indiferencia. 

Si algo tiene claro es que si quieres triunfar como periodista debes luchar por tu sueño, salir de España, atravesar nuestras fronteras; Y así como lo transmite a todos los estudiantes. 



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